


La ciudad estadounidense que sirve de escenario para este proyecto tiene una relación intensa con el paisaje. Ubicada en la costa, con hermosas playas y un aire de glamour, su población adopta un estilo de vida centrado en la salud, la naturaleza y el bienestar. Con esta convicción, el diseño de esta torre residencial —con 80 unidades exclusivas y 67.000 m² de área privada— refleja esta vitalidad en una edificación dinámica.
El proyecto cuenta con amplios balcones y unidades diseñadas cuidadosamente para ofrecer el máximo confort a los usuarios. Dos núcleos de circulación vertical están ubicados en el interior del edificio, permitiendo una planta flexible que facilita la unificación de unidades tanto en sentido vertical como horizontal, además de ofrecer accesos privados.
La estrategia proyectual adoptada fue la torsión en la parte superior de la torre. Esta acción permite ampliar las vistas en los pisos inferiores y aumentar el tamaño de los balcones en los niveles superiores. En el basamento, las piscinas se ubicaron estratégicamente en las alas este y oeste del terreno, ampliando el contacto con el paisaje y captando la mejor luz natural.