El sentido de centralidad de las montañas de Río de Janeiro fue transferido al Shopping Metropolitano Barra de manera metafórica, resumiendo para usted la atmósfera notable de la ciudad.

Shopping Metropolitano Barra

Rio de Janeiro, Brasil
2008 | 2013

Un tradicional paseo por una montaña urbana, uno de los mejores símbolos de la democratización del ocio en la ciudad de Río de Janeiro, creó el telón de fondo para la composición espacial de este centro comercial regional. La responsabilidad de crear un proyecto de gran escala, en medio de tantos eventos y celebraciones relevantes en la ciudad de Río de Janeiro, guió la elección de la mayor referencia para este proyecto: la Floresta de Tijuca, la selva urbana más grande del mundo, presente en todo el paisaje montañoso de la ciudad. Este sentimiento de centralidad origina, a través de la nueva corriente de usos mixtos, una alusión a la propia identidad del nuevo espacio urbano: el Centro Metropolitano.

El Shopping Metropolitano Barra es un emprendimiento innovador ubicado en una de las áreas de mayor crecimiento de la ciudad: el Centro Metropolitano de Barra da Tijuca, una región vibrante con un crecimiento inmobiliario extraordinario, también escenario del Parque Olímpico y, no por casualidad, objeto de diversos inversiones públicas y privadas. En este escenario enérgico nace un centro de uso mixto destinado al comercio y servicios, con un centro comercial regional y un condominio de oficinas y espacios comerciales.

El proyecto arquitectónico, galardonado por el ICSC, buscó inspiración en las montañas de Río de Janeiro, así como en la delicada integración de la ciudad con la Selva de Tijuca, la mayor selva urbana del mundo, presente en el diseño del edificio y en los paneles artísticos de la francesa Dominique Jardy distribuidos por el emprendimiento.

Con materiales nobles, delicada policromía, luminotecnia escénica y eficiente, y un paisajismo exuberante que contiene la segunda mayor pared verde del mundo, el Metropolitano Barra resume en sus formas la vigorosa armonía entre la ciudad y la naturaleza, una característica típica de Río de Janeiro. Restaurantes y plazas orientados hacia afuera, además de las terrazas con vista a la laguna y al mar, valoran aún más el paisajismo, reforzando la interacción entre los ambientes externos e internos del proyecto.